Si bien parece una contradicción que un alimento dulce no solo no provoque caries, sino que además ayude a evitarlas, lo cierto es que según varios estudios el regaliz podría romper esta creencia.

En los tiempos que corren, y con la dieta que, de forma general, llevamos a cabo, es muy común padecer alguna de las enfermedades bucodentales tales como caries, gingivitis o periodontitis, entre oros. Según estadísticas, el 40 % de los adultos en España padecen alguna enfermedad bucodental, en su mayoría relacionada con las encías.

Recientes estudios demuestran como dos compuestos existentes de manera natural en el regaliz no solo anulan, sino que además impiden la proliferación de las bacterias que viven en nuestra boca y que tanto daño causan. Estamos hablando de la licoridina y de la licorisofiavana A. Ambos compuestos son capaces de eliminar dos bacterias que producen caries y una bacteria que provoca enfermedad periodontal.

Ya veremos que ocurre con estos dos compuestos, pero tras su descubrimiento los expertos han planteado una pregunta: ¿Abre esto las puertas a la creación de nuevos dentífricos y otros productos para la higiene bucodental diaria?

Sin embargo, esto no es del todo nuevo ya que desde hace siglos se usa la raíz de regaliz en la medicina tradicional china como ingrediente clave para una serie de remedios.

Aunque esto no significa que podamos comer la cantidad de regaliz que queramos, porque quizá consigamos resultados para nada deseados y muy alejados de ayudar a nuestra salud: el azúcar es uno de los ingredientes más presente y abundante en el regaliz que se comercializa -sobre todo los regalices dulces estilo gomitas que se usan para acompañar unas copas con los amigos- y ya sabemos de sobra los innumerables efectos dañinos que provoca el consumo de azúcar en el cuerpo humano. A diferencia de este tipo de regaliz, la medicina tradicional china, así como el producto que ha demostrado tener estas propiedades antibacterianas que hemos explicado anteriormente es únicamente regaliz desecada, en su estado natural sin tratar por la industria alimentaria.